¡Devuélveme mis sueños!

En estas fechas festivas, debería estar con una gran sonrisa en mi rostro

Sin embargo siento que no todo anda bien. Quizá sea que siento, como cada día, que se puede dar algo más.

En nada ayuda escuchar canciones románticas. Creo que me ha hecho mal. Sentimentaloide me he vuelto y eso que no necesito de música para despertar ese lado que no se muestra o que se siente avergonzado a veces de salir. Esto de sentirse solo es un karma. Molesta como abeja en lo amarillo. Por lo menos su tuviera amarillo algo brillaría, pero sólo veo en estas fechas el rojo de la pasión, que no tengo ánimo de despertar.

Espero que el Viejito Pascuero me traiga un regalo de los buenos. Espero me traiga un año de satisfacciones... algo sencillo y rápido. O un control remoto universal que memorice mis reacciones. Prefiero ser yo el que haga click.

A medio sentir, hace tiempo ya que no puedo soñar.

Soñar... como todos lo entendemos, algo agradable, que quede en el recuerdo. No sé dónde se fueron esa playa agradable y el sol del atardecer que solían acompañar mis despertares. Aquellos en que una hermosa niña me miraba a los ojos nombrándome. Nada de coqueterías, mucho de amor del bueno.

Hay veces en que pienso que todo es sueño. Ningún pensamiento original. Intento recordar cada día que quizá no haya un mañana. Y me compro aquel helado que deseo comer. Y doy los 120 pesos que tengo para la micro a quien me lo pida en la calle. Y camino mirando a quien pasa a mi lado, mientras me tropiezo con alguna piedra, río porque me dolió y me siento aún más vivo.

Cada tarde miro el cielo y ruego porque haya otro día. Cierro los ojos y recuerdo aquella película en que un ángel se enamora de una mujer. Viene a mi mente aquel lugar donde se reunían los ángeles a escuchar el canto celestial, la orilla del mar.

Quisiera escuchar con el corazón y sentir con la mente, quizá tendría mayor equilibrio. Y sería mejor persona.